Viajo en letras sifilíticas
Hacia paisajes ciclópeos e inestables,
Árido como un vendedor de seguros.
Me desvivo por el recuerdo de un amor desolado
Que jamás sonó a violines;
Espero, como entumido, entre desechos de curtiembres
Algún latigazo de la suerte.
Si es cierto que vine al mundo para pegarme un tiro
¿Por qué todavía respiro?
Tengo un reloj que pierde las horas entre las once y las seis;
La respuesta: al caer la noche ya no soy yo mismo.
En ese momento entiendo que el tiempo
Es un invento, y la vida una sonfonía disonante.
Al caer la noche, ya no soy yo mismo,
Existo, casi exclusivamente para ese par de ojos negros
Que aun no he visto.
sábado, febrero 14, 2009
Muñeira de las Falsedades o Cuando Uno Nace Sin Superyo
Bajo la lluvia ácida,
Terremotos de falasias me expulsan
Como un bólido, atraído al epicentro
De tu locura.
Me zambullo en cada charco que encuentro
Y salpico borbotones de perfidias
Mientras sueño con tus besos incorrectos.
Entre una tormenta de indecisiones
Y claroscuros misóginos
Encuentro tus ojos.
-Lo he dejado- me mientes.
-No puedo creerte- miento, creyéndote.
El cuarto de hotel de siempre
Nos recibe con el cariño de un amigo
Que no hemos visto en meses.
Terremotos, borbotones, bólidos que,
Cuando tu locura se agota,
Vuelven a dejarme mudo
Bajo la lluvia ácida.
Terremotos de falasias me expulsan
Como un bólido, atraído al epicentro
De tu locura.
Me zambullo en cada charco que encuentro
Y salpico borbotones de perfidias
Mientras sueño con tus besos incorrectos.
Entre una tormenta de indecisiones
Y claroscuros misóginos
Encuentro tus ojos.
-Lo he dejado- me mientes.
-No puedo creerte- miento, creyéndote.
El cuarto de hotel de siempre
Nos recibe con el cariño de un amigo
Que no hemos visto en meses.
Terremotos, borbotones, bólidos que,
Cuando tu locura se agota,
Vuelven a dejarme mudo
Bajo la lluvia ácida.
miércoles, febrero 11, 2009
De Frante Marchen, Zapatillas.
I
Va al diecisiete,
¡De frente marchen zapatillas!
Que resistan las costuras,
La muerte está ahí enfrente.
Redoble de tambores rojos,
El bosque oscuro muje ante sus ojos.
Atrás quedaron los altos días de gloria
Y pretendida gracia divina.
El bamboleo de las hojas lo hace temblar.
Enmudece del espanto;
El viento robó su compostura
Sólo por un momento.
Sigue adelante, camina recio
Con rumbo fijo a desgracia muda.
II
La amargura se cierne
Sobre aquel supuesto aventurero.
Pierde la templanza al caer la noche.
Arma un fuego con lo que encuentra,
Se serena. El cansancio asoma,
Se desmorona su atención sobre el fogón
Y se queda dormido.
III
En la cúspide de su sueño intranquilo,
El rujido del jaguar...
Desesperación no lo describe del todo,
El sustantivo nos queda corto.
La garra, siempre certera; el dolor punzante.
Los gemidos, los sufridos gritos,
Los alaridos calcinantes
Ceden ante la primer gota de sangre.
Se asfixia...
Otra vez el sueño, tranquilo ahora,
Le reprocha triste la firme marcha
De sus benditas zapatillas rotas.
Va al diecisiete,
¡De frente marchen zapatillas!
Que resistan las costuras,
La muerte está ahí enfrente.
Redoble de tambores rojos,
El bosque oscuro muje ante sus ojos.
Atrás quedaron los altos días de gloria
Y pretendida gracia divina.
El bamboleo de las hojas lo hace temblar.
Enmudece del espanto;
El viento robó su compostura
Sólo por un momento.
Sigue adelante, camina recio
Con rumbo fijo a desgracia muda.
II
La amargura se cierne
Sobre aquel supuesto aventurero.
Pierde la templanza al caer la noche.
Arma un fuego con lo que encuentra,
Se serena. El cansancio asoma,
Se desmorona su atención sobre el fogón
Y se queda dormido.
III
En la cúspide de su sueño intranquilo,
El rujido del jaguar...
Desesperación no lo describe del todo,
El sustantivo nos queda corto.
La garra, siempre certera; el dolor punzante.
Los gemidos, los sufridos gritos,
Los alaridos calcinantes
Ceden ante la primer gota de sangre.
Se asfixia...
Otra vez el sueño, tranquilo ahora,
Le reprocha triste la firme marcha
De sus benditas zapatillas rotas.
lunes, diciembre 29, 2008
El sol de enero,
Más caliente de lo que acostumbra,
Me nieva en los ojos;
Por algún motivo no me alumbra.
Estoy perdido y ciego
Entre reflexiones oscuras:
¿Qué será de mis hijos?
Desde la sangre de mis padres perdidos,
La derramada en la batalla sin tregua,
La respuesta austera arriba en susurros:
-Fé.
Frunzo el entrecejo desconcertado
Y no presto oídos a esas patrañas,
Me resuenan a iglesia.
La sangre peregrina aun inciste
Un rato antes de irse:
-Fé -repite, agotada.
El puntiagudo mensaje impacta por fin,
Al tiempo en que el aliento
se escapa rumbo al mar.
La nieve en los ojos no se quita
Pero se anima a lagrimear.
Caigo de rodillas abrumado
Por las ganas de creer
Y exclamo, conmovido:
-Fé! La única justicia es el azar.
¿Pero qué será de mis hijos? ¿Qué será?
Me ha dicho la sangre "lo que sea",
Me ha dicho el silencio "no hay volver a nacer".
Me ha dicho un fulano que la vida es sueño,
Me ha dicho un amigo que habría que recrudecer
sin dejar de ser tierno.
Más caliente de lo que acostumbra,
Me nieva en los ojos;
Por algún motivo no me alumbra.
Estoy perdido y ciego
Entre reflexiones oscuras:
¿Qué será de mis hijos?
Desde la sangre de mis padres perdidos,
La derramada en la batalla sin tregua,
La respuesta austera arriba en susurros:
-Fé.
Frunzo el entrecejo desconcertado
Y no presto oídos a esas patrañas,
Me resuenan a iglesia.
La sangre peregrina aun inciste
Un rato antes de irse:
-Fé -repite, agotada.
El puntiagudo mensaje impacta por fin,
Al tiempo en que el aliento
se escapa rumbo al mar.
La nieve en los ojos no se quita
Pero se anima a lagrimear.
Caigo de rodillas abrumado
Por las ganas de creer
Y exclamo, conmovido:
-Fé! La única justicia es el azar.
¿Pero qué será de mis hijos? ¿Qué será?
Me ha dicho la sangre "lo que sea",
Me ha dicho el silencio "no hay volver a nacer".
Me ha dicho un fulano que la vida es sueño,
Me ha dicho un amigo que habría que recrudecer
sin dejar de ser tierno.
Tengo la gloria eterna
Pesándome en los hombros,
La muerte a mis espaldas
Lamiéndome la oreja y,
Apretándome las sienes,
La soledad.
¿Puede eso llamarse vida?
Renegaré ahora mismo
De la gloria, la muerte y el mundo.
Estoy en las puertas del abismo
Con la ruina en una mano
Y el olvido en la otra,
Esperando que la suerte
Me obsequie un abrazo.
Pesándome en los hombros,
La muerte a mis espaldas
Lamiéndome la oreja y,
Apretándome las sienes,
La soledad.
¿Puede eso llamarse vida?
Renegaré ahora mismo
De la gloria, la muerte y el mundo.
Estoy en las puertas del abismo
Con la ruina en una mano
Y el olvido en la otra,
Esperando que la suerte
Me obsequie un abrazo.
sábado, diciembre 13, 2008
Quiero beber de tu fatalidad
Pues mi suerte y mi deber son ser feliz
En el instante antes del completo anochecer.
¿Qué importa si las yemas de mis dedos
No dejan huella alguna?
Sé que no soy eterno, ya no le temo al olvido.
Especifico: no estoy enfermo de hedonismo,
No vivo de placeres efímeros;
Sólo soy un ser cambiante,
Una escencia caótica de armonía disonante
Que encuentra substancia en la fantástica manía
De beber de tu fatalidad.
Pues mi suerte y mi deber son ser feliz
En el instante antes del completo anochecer.
¿Qué importa si las yemas de mis dedos
No dejan huella alguna?
Sé que no soy eterno, ya no le temo al olvido.
Especifico: no estoy enfermo de hedonismo,
No vivo de placeres efímeros;
Sólo soy un ser cambiante,
Una escencia caótica de armonía disonante
Que encuentra substancia en la fantástica manía
De beber de tu fatalidad.
jueves, diciembre 11, 2008
El Sacristán Estructuralista o El Viejo Buitre Quiere Pachanguear
Me agradan las cosas áureas e impolutas,
Los sueños bohemios de cristales en el aire...
Estrujo por las tardes esos versos
De poetas cabizbajos fuertemente entre mis brazos.
Lloro de alegría ante la belleza de las frases,
Me conmueven las imágenes de magos de pelaje blanco
Que conjuran microcosmos, reales como chispas.
Pero primero adoro estar despieto...
No soy de pedir deseos a las estrellas fugaces.
Escucho, contemplo, huelo, desgusto, muerdo,
Me revuelco. El fango es mi elemento.
Admiro al viento y le converso
Pero nunca olvido el suelo;
Me nutro de esa sangre de los otros
Que es la mía. ¡Es la mía!
Soy feliz y eso me quema,
Me atormento por plantar semillas de azul cielo.
Seré fusilado por traidor, cambiaré de bando
Y les diré sonriendo
"La revolución se hace bailando".
Los sueños bohemios de cristales en el aire...
Estrujo por las tardes esos versos
De poetas cabizbajos fuertemente entre mis brazos.
Lloro de alegría ante la belleza de las frases,
Me conmueven las imágenes de magos de pelaje blanco
Que conjuran microcosmos, reales como chispas.
Pero primero adoro estar despieto...
No soy de pedir deseos a las estrellas fugaces.
Escucho, contemplo, huelo, desgusto, muerdo,
Me revuelco. El fango es mi elemento.
Admiro al viento y le converso
Pero nunca olvido el suelo;
Me nutro de esa sangre de los otros
Que es la mía. ¡Es la mía!
Soy feliz y eso me quema,
Me atormento por plantar semillas de azul cielo.
Seré fusilado por traidor, cambiaré de bando
Y les diré sonriendo
"La revolución se hace bailando".
jueves, noviembre 20, 2008
De Leones y Gacelas
El silbido metálico lastima al impaciente,
La brisa caliente golpea, pegajoza.
Se abren las puertas; la estampida,
La lucha salvaje por la supervivencia del más apto.
Por obra de la providencia, el joven
Correctamente vestido de traje
Divisa un asiento, ese rinconcito iluminado,
Ese algo tan valioso.
Se agazapa, acumulando energía...
Saca sus garras y se entrega al frenesí de la carrera.
Pisotea a un niño, empuja a una vieja,
Esquiva a un ciego sin darse cuenta
Y llega, fracciones de segundo antes
Que la mujer embarazada.
La brisa caliente golpea, pegajoza.
Se abren las puertas; la estampida,
La lucha salvaje por la supervivencia del más apto.
Por obra de la providencia, el joven
Correctamente vestido de traje
Divisa un asiento, ese rinconcito iluminado,
Ese algo tan valioso.
Se agazapa, acumulando energía...
Saca sus garras y se entrega al frenesí de la carrera.
Pisotea a un niño, empuja a una vieja,
Esquiva a un ciego sin darse cuenta
Y llega, fracciones de segundo antes
Que la mujer embarazada.
lunes, noviembre 17, 2008
La Noche Antes
Los cristales se imaginan singulares,
Únicos en un mundo de petróleo.
Las alondras, de pecho silvestre,
Vuelan lejos de la guerra.
Equidistantes entre muérdagos funestos y verdes colinas de cemento,
Los amantes.
El elíxir del deseo los libera, en violeta tenue,
De un impúdico amanecer sangrante.
Es tarde, corazones de mimbre,
El día anuncia la tormenta sin el agua.
Se separan, sabiendo que esta vez la sed
Anidará desierto en sus gargantas.
Se separan bajo la voz que pregona
El hundimiento de nuestra ciudad pecado,
Chapoteanto entre el portugués y el castellano;
Se separan a deshora, sin tristeza.
El viento pasa y nutre, los cristales se derriten;
Las plumas empetrolan cautiverio.
La guerra estalla.
Únicos en un mundo de petróleo.
Las alondras, de pecho silvestre,
Vuelan lejos de la guerra.
Equidistantes entre muérdagos funestos y verdes colinas de cemento,
Los amantes.
El elíxir del deseo los libera, en violeta tenue,
De un impúdico amanecer sangrante.
Es tarde, corazones de mimbre,
El día anuncia la tormenta sin el agua.
Se separan, sabiendo que esta vez la sed
Anidará desierto en sus gargantas.
Se separan bajo la voz que pregona
El hundimiento de nuestra ciudad pecado,
Chapoteanto entre el portugués y el castellano;
Se separan a deshora, sin tristeza.
El viento pasa y nutre, los cristales se derriten;
Las plumas empetrolan cautiverio.
La guerra estalla.
lunes, noviembre 10, 2008
Desencuentro amargo en alocución idiota,
Verborragia en carnaval.
Los pies encadenados, clavados al miedo.
Mulata raja el suelo, ojos relámpago
Y él ahí, aterrado...
Lo convidan con un beso;
Lleno de cal, lejos de sus raíces pero con los pies desnudos,
Encadenado a la tierra pero sin ser telúrico, se niega.
Volver refunfuñando a dormir solo.
Verborragia en carnaval.
Los pies encadenados, clavados al miedo.
Mulata raja el suelo, ojos relámpago
Y él ahí, aterrado...
Lo convidan con un beso;
Lleno de cal, lejos de sus raíces pero con los pies desnudos,
Encadenado a la tierra pero sin ser telúrico, se niega.
Volver refunfuñando a dormir solo.
miércoles, octubre 22, 2008
Eutanasia
¿Se alarmarán, amigos médicos,
Si confiezo que no recuerdo mi tipo sanguíneo?
Un bálsamo radioactivo vendido en balde,
No se los pido. ¡Úntenselo a otra cosa!
Tanta pastilla dorada corroe,
El bálsamo es revólver.
Soy libre porque vivo sin detenerme
Y no me inclino ante la muerte,
Porque cada poema que suspiro me quita una pena
Y toda mi canción es un grito de guerra.
¡Que me lleve el Diablo! Traiciono a Dios.
Vine al mundo para pegarme un tiro,
No para malparir en esta asfixia
Que se sufre de lunes a domingo,
En este gas que en vez de curar te apaga lento,
En este ver la luz de día cada muerte de obispo.
No voy a darles el gusto, doctores,
De "quit your mess and straighten out"* como me piden.
Mi sangre es de los dolores de los puertos,
De las danzas de los pueblos fronterizos
Y no de mezquinos cisnes y palacios.
Sáquenme las sondas. ¡No quiero el suero!
La parca se sirve cruda y sin condimentos.
Con gusto me cortaría las venas
Si así alguien viera lo que está escondido
Bajo tanto cuento tuerto de Cabildo y Juramento:
La noche, cirujanos de oficina, está más allá
Del cielo razo;
Las estrellas no son las luces de neón.
De momento, les digo, no se aflijan,
No me ocultaré en el cráter de una lágrima
Bajo el eco de una herida.
Mi felicidad reposa lejos, en la búsqueda frenética
Y nunca en el encuentro,
En la larga caminata antes que en la tierra prometida.
Así pues, me levanto y digo adiós...
Zarpo hacia el olvido,
Me embarco en mi capricho de pirata.
Concluyo mi relato, sanadores, letrados y amas de casa,
Afirmando que la mejor quimioterapia
es el frío sin abrigo de un final en soledad.
*Slow Train, Bob Dylan.
Si confiezo que no recuerdo mi tipo sanguíneo?
Un bálsamo radioactivo vendido en balde,
No se los pido. ¡Úntenselo a otra cosa!
Tanta pastilla dorada corroe,
El bálsamo es revólver.
Soy libre porque vivo sin detenerme
Y no me inclino ante la muerte,
Porque cada poema que suspiro me quita una pena
Y toda mi canción es un grito de guerra.
¡Que me lleve el Diablo! Traiciono a Dios.
Vine al mundo para pegarme un tiro,
No para malparir en esta asfixia
Que se sufre de lunes a domingo,
En este gas que en vez de curar te apaga lento,
En este ver la luz de día cada muerte de obispo.
No voy a darles el gusto, doctores,
De "quit your mess and straighten out"* como me piden.
Mi sangre es de los dolores de los puertos,
De las danzas de los pueblos fronterizos
Y no de mezquinos cisnes y palacios.
Sáquenme las sondas. ¡No quiero el suero!
La parca se sirve cruda y sin condimentos.
Con gusto me cortaría las venas
Si así alguien viera lo que está escondido
Bajo tanto cuento tuerto de Cabildo y Juramento:
La noche, cirujanos de oficina, está más allá
Del cielo razo;
Las estrellas no son las luces de neón.
De momento, les digo, no se aflijan,
No me ocultaré en el cráter de una lágrima
Bajo el eco de una herida.
Mi felicidad reposa lejos, en la búsqueda frenética
Y nunca en el encuentro,
En la larga caminata antes que en la tierra prometida.
Así pues, me levanto y digo adiós...
Zarpo hacia el olvido,
Me embarco en mi capricho de pirata.
Concluyo mi relato, sanadores, letrados y amas de casa,
Afirmando que la mejor quimioterapia
es el frío sin abrigo de un final en soledad.
*Slow Train, Bob Dylan.
jueves, octubre 16, 2008
Autodefinido V
Escribo desde el pecho
Como quien canta un tango,
Tiemblo en cada suspiro
Por los besos que no doy.
No vivo de pan, si no de amores malditos,
De ojos negros y roces sutiles.
Si mi cama está vacía
No es por pura cobardía
O capricho de noches febriles.
Sí, duermo en cama de una sola plaza,
Pero se debe a mi avidez
De jovenzuelo rapaz e impaciente
Que quiere beberse la botella entera
De un trago largo e ininterrumpido.
Impertinente, me desplomo
Como soldadito al fuego
Por la bailarina de juguete,
Doy la dentellada antes de tener los dientes.
Mi desgracia es apostarlo todo,
Siempre al diecisiete,
Quedando desnudo en una única tirada.
Quién sabe si aprenderé a tolerar
La espera con paciencia...
Entre tanto, seguiré despierto
En cada sueño revuelto
Y me echaré a reir, sonámbulo,
De todo aquel que tenga miedo a pecar un rato.
Como quien canta un tango,
Tiemblo en cada suspiro
Por los besos que no doy.
No vivo de pan, si no de amores malditos,
De ojos negros y roces sutiles.
Si mi cama está vacía
No es por pura cobardía
O capricho de noches febriles.
Sí, duermo en cama de una sola plaza,
Pero se debe a mi avidez
De jovenzuelo rapaz e impaciente
Que quiere beberse la botella entera
De un trago largo e ininterrumpido.
Impertinente, me desplomo
Como soldadito al fuego
Por la bailarina de juguete,
Doy la dentellada antes de tener los dientes.
Mi desgracia es apostarlo todo,
Siempre al diecisiete,
Quedando desnudo en una única tirada.
Quién sabe si aprenderé a tolerar
La espera con paciencia...
Entre tanto, seguiré despierto
En cada sueño revuelto
Y me echaré a reir, sonámbulo,
De todo aquel que tenga miedo a pecar un rato.
viernes, octubre 10, 2008
Repudio Post Mortem A Mi Padre
Yo sé que te encanta
Eso de progresar con cuenta gotas,
La payasada del ahorro y la inversión.
Pero hoy en día te olvidás, pichón,
De que el colchón está vacío
Porque no tenemos nada que guardar.
¡Qué atrasados los cubanos!
Recién compraron ahora
Un hornito microondas...
¿¡Y vos cuántos tenés!?
Yo ninguno, no lo puedo pagar.
Perdoname si me pongo en policía
De la economía desigual,
Pero no me cabe en la cabeza
¿Cómo podés ser neoliberal?
El mercado se mea en tu fuerza de trabajo.
Ah, esos aires de nobleza...
Tu dignidad burguesa fue vapuleada por la desgracia
Y perdiste hasta el último centavo,
Pasando de gran señor a taxista bonaerense.
Te lo digo sin rodeos:
-¡Mala leche!
Si hay puro polvo en tu camino, seguís igual.
Sacá esa cabeza pelada de la estufa
Y salí a bailar.
Este mes no te vas a suicidar:
Todavía te falta pagar el gas.
Eso de progresar con cuenta gotas,
La payasada del ahorro y la inversión.
Pero hoy en día te olvidás, pichón,
De que el colchón está vacío
Porque no tenemos nada que guardar.
¡Qué atrasados los cubanos!
Recién compraron ahora
Un hornito microondas...
¿¡Y vos cuántos tenés!?
Yo ninguno, no lo puedo pagar.
Perdoname si me pongo en policía
De la economía desigual,
Pero no me cabe en la cabeza
¿Cómo podés ser neoliberal?
El mercado se mea en tu fuerza de trabajo.
Ah, esos aires de nobleza...
Tu dignidad burguesa fue vapuleada por la desgracia
Y perdiste hasta el último centavo,
Pasando de gran señor a taxista bonaerense.
Te lo digo sin rodeos:
-¡Mala leche!
Si hay puro polvo en tu camino, seguís igual.
Sacá esa cabeza pelada de la estufa
Y salí a bailar.
Este mes no te vas a suicidar:
Todavía te falta pagar el gas.
domingo, septiembre 28, 2008
lunes, septiembre 22, 2008
Malezas de espera agazapada
bajo el chirrido de una puerta atastaca.
La gota de sudor se suspende,
eterna. El corazón golpea
en el pecho de un otro.
El músculo bajo el ojo
se dispara solo,
tiembla una mejilla
mostrando dientes de perro.
A centímetros del colapso nervioso,
a un suspiro de que la birome feroz
penetre el cuello de la secretaria boba,
la voz por fin ladra:
"Que pase el que sigue".
Respira.
bajo el chirrido de una puerta atastaca.
La gota de sudor se suspende,
eterna. El corazón golpea
en el pecho de un otro.
El músculo bajo el ojo
se dispara solo,
tiembla una mejilla
mostrando dientes de perro.
A centímetros del colapso nervioso,
a un suspiro de que la birome feroz
penetre el cuello de la secretaria boba,
la voz por fin ladra:
"Que pase el que sigue".
Respira.
viernes, septiembre 19, 2008
jueves, septiembre 11, 2008
Juzgado 23, Secretaría 230
Desentono, desaliñado en un cuarto
En donde todos se pavonean
Arropados en finos trajes de seda.
Miro a un lado y a otro
Pero no encuentro ni un solo ojo,
Únicamente las cuencas...
Me escucho a mí mismo decir
Palabras en una jerga que no entiendo,
Que jamás aprendí,
Que "acompaña la demanda un autoriza a compulsar".
Se me abren las puertas;
El encantamiento da resultado y paso
a otra sala helada, con caras muertas.
Me sumerjo en un casillero con la letra "A",
uno de los muchos que tiene uno de los miles de estantes dentro de una de las infinitesimales cámaras mortuorias contenidas en la Pirámide de la Injusticia.
Meto de lleno la cabeza en aquel agujero negro,
me desintegro.
El antropólogo, el músico, el poeta
Se quedan ahí, en la inmensidad impersonal.
Mi mano encuentra, por fin,
El expediente de Carlos Arreta...
Pero mi mano no es mi mano,
Lentamente se amalgama
En varita mágica automática.
Me domina la dinámica de la brujería y disparo,
conjuro un papel con la frase
"Adjunta oficio diligenciado".
El hechizo queda consumado
Cuando entrego el muñeco vudú acartonado
A la momia negra que se acerca a reclamarlo.
Muy despacio, salgo de la cámara,
De los casilleros, de la pirámide;
Voy volviendo a ser yo mismo mientras espero el colectivo...
Rápidamente, mi breve atisvo de autoconocimiento
Se ve cortado en seco:
Un oficial se me acerca,
me exige el documento.
"Señor Arreta", me dice, visiblemente irritado.
De nada sirve intentar explicarle
Que mi verdadero nombre es Santos,
Que soy honrado, que trabajo...
Mi maleficio había sido redireccionado.
No me queda otra,
Me veo obligado a acompañarlo
Cuando el brillo de sus esposas, de prepo
Se posa en mis muñecas.
En donde todos se pavonean
Arropados en finos trajes de seda.
Miro a un lado y a otro
Pero no encuentro ni un solo ojo,
Únicamente las cuencas...
Me escucho a mí mismo decir
Palabras en una jerga que no entiendo,
Que jamás aprendí,
Que "acompaña la demanda un autoriza a compulsar".
Se me abren las puertas;
El encantamiento da resultado y paso
a otra sala helada, con caras muertas.
Me sumerjo en un casillero con la letra "A",
uno de los muchos que tiene uno de los miles de estantes dentro de una de las infinitesimales cámaras mortuorias contenidas en la Pirámide de la Injusticia.
Meto de lleno la cabeza en aquel agujero negro,
me desintegro.
El antropólogo, el músico, el poeta
Se quedan ahí, en la inmensidad impersonal.
Mi mano encuentra, por fin,
El expediente de Carlos Arreta...
Pero mi mano no es mi mano,
Lentamente se amalgama
En varita mágica automática.
Me domina la dinámica de la brujería y disparo,
conjuro un papel con la frase
"Adjunta oficio diligenciado".
El hechizo queda consumado
Cuando entrego el muñeco vudú acartonado
A la momia negra que se acerca a reclamarlo.
Muy despacio, salgo de la cámara,
De los casilleros, de la pirámide;
Voy volviendo a ser yo mismo mientras espero el colectivo...
Rápidamente, mi breve atisvo de autoconocimiento
Se ve cortado en seco:
Un oficial se me acerca,
me exige el documento.
"Señor Arreta", me dice, visiblemente irritado.
De nada sirve intentar explicarle
Que mi verdadero nombre es Santos,
Que soy honrado, que trabajo...
Mi maleficio había sido redireccionado.
No me queda otra,
Me veo obligado a acompañarlo
Cuando el brillo de sus esposas, de prepo
Se posa en mis muñecas.
sábado, agosto 30, 2008
Hubo doce segundos infinitos
entre tus ojos y los míos,
antes de ese beso.
Después ¿quién sabe?
La noche toda se desvaneció en ternura.
Las estrellas explotaban hacia adentro,
los agujeros negros bebían ron
con los fracasos y los hielos.
La noche toda se embarcó en un olmo
de colores inventados...
Pero, como en todo cuento,
hubo un "pero" después del vivieron
felices para siempre.
Entre nuestros cuerpos, ahora,
una cortina de hierro.
Mudo, sucio y sin voz,
me atrofié los dedos
golpeando el acero.
Por supuesto, mi amiga,
el silencio es lo único
que me acompaña a casa.
entre tus ojos y los míos,
antes de ese beso.
Después ¿quién sabe?
La noche toda se desvaneció en ternura.
Las estrellas explotaban hacia adentro,
los agujeros negros bebían ron
con los fracasos y los hielos.
La noche toda se embarcó en un olmo
de colores inventados...
Pero, como en todo cuento,
hubo un "pero" después del vivieron
felices para siempre.
Entre nuestros cuerpos, ahora,
una cortina de hierro.
Mudo, sucio y sin voz,
me atrofié los dedos
golpeando el acero.
Por supuesto, mi amiga,
el silencio es lo único
que me acompaña a casa.
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