lunes, mayo 28, 2007

Nos mareamos en los sueños
Cazando hadas en el mar
Fue tan fácil seguirte el juego...
Si te soy sincero, no quería despertar
Pero la realidad es un martillo
Y así estoy yo
Descreyendo del amor
Escribiendo canciones sin letra
Para un boliche cualquiera
Y la noche se va acelerando
Hay algo raro que me va tragando
Y ya es tarde para saltar
Mejor no sacar las manos
Es que por ahora no me importa
El cinturón de seguridad
Es que madrugua la mentira
Y se apaga el porvenir
Es que demonios nos dominan
Es que detesto el alelí
Es que ya no tengo más metáforas
Es que ahora no creo en la verdad
Es que no somos asesinos
Ni tenemos carne de metal
En una de esas hay un fuego más humano
Que está esperando para arremolinar
No tan picana como el fuego fatuo
De nuestras bocas al explotar
En ese hermoso mal de amores
Es que fue como una espada
De doble filo y mal balanceada
Que no sabía a quién cortar
Es que madruga la mentira
Y se apaga el porvenir
Es que en verano la aurora
Te sorprende más temprano
Y resulta que el que estaba acostado a tu lado
Ahora se parece a Satanás

Quién es Marcela Gutiérrez?

Dónde está el tiempo de saber
Que nuestros cuerpos se repelen?
Dónde está el ciego decibel
Que encendió las luces locas
De dos rubíes y un clavel?
Te dije adiós, sobrina del delirio
De las mentiras de babel
Dije: "No voy a verte este domingo."
Dije: "No tengo tiempo que perder."
Caminando desnudo entre las rocas
En este laberinto de papel
Me doy cuenta de que el tiempo
Está sujeto a sujetarte
Entonces, para qué llevar reloj?
Si no te hubieras ahogado
Tanto en los recuerdos
Si hubieras visto las supernovas
En mi corazón
Si no hubiera existido otra persona
Si no hubieran habido tantos subjuntivos
No habría sombras en tu colchón
Así que adiós sobrina del delirio
De las mentiras de babel
No voy a verte este domingo
Ni llorando ni de pie.

miércoles, mayo 16, 2007

De Un Hombre En El Subterráneo

La piel de la paradoja
Es una cajita llena de noviembres
Caminar sobre alfombras rojas
Más bien te deja un gusto a curtiembre

La sangre de la paradoja
Es pudrirse en las estructuras
Es quemarse con inhertes sogas
Rezando por algo de libertad

La carne de la paradoja
Tiene cuerpo y alma de mazmorra
Pero más bien huele a rosas
Cultivadas en ciudad

La paradoja de la urbanidad
Es un útero carcelero en llamas
Del que tendrás que nacer al alba
Dejando viuda a la vacuidad