lunes, diciembre 29, 2008

El sol de enero,
Más caliente de lo que acostumbra,
Me nieva en los ojos;
Por algún motivo no me alumbra.
Estoy perdido y ciego
Entre reflexiones oscuras:
¿Qué será de mis hijos?

Desde la sangre de mis padres perdidos,
La derramada en la batalla sin tregua,
La respuesta austera arriba en susurros:
-Fé.
Frunzo el entrecejo desconcertado
Y no presto oídos a esas patrañas,
Me resuenan a iglesia.

La sangre peregrina aun inciste
Un rato antes de irse:
-Fé -repite, agotada.
El puntiagudo mensaje impacta por fin,
Al tiempo en que el aliento
se escapa rumbo al mar.

La nieve en los ojos no se quita
Pero se anima a lagrimear.
Caigo de rodillas abrumado
Por las ganas de creer
Y exclamo, conmovido:
-Fé! La única justicia es el azar.
¿Pero qué será de mis hijos? ¿Qué será?

Me ha dicho la sangre "lo que sea",
Me ha dicho el silencio "no hay volver a nacer".
Me ha dicho un fulano que la vida es sueño,
Me ha dicho un amigo que habría que recrudecer
sin dejar de ser tierno.
Tengo la gloria eterna
Pesándome en los hombros,
La muerte a mis espaldas
Lamiéndome la oreja y,
Apretándome las sienes,
La soledad.
¿Puede eso llamarse vida?
Renegaré ahora mismo
De la gloria, la muerte y el mundo.
Estoy en las puertas del abismo
Con la ruina en una mano
Y el olvido en la otra,
Esperando que la suerte
Me obsequie un abrazo.

sábado, diciembre 13, 2008

Quiero beber de tu fatalidad
Pues mi suerte y mi deber son ser feliz
En el instante antes del completo anochecer.
¿Qué importa si las yemas de mis dedos
No dejan huella alguna?
Sé que no soy eterno, ya no le temo al olvido.
Especifico: no estoy enfermo de hedonismo,
No vivo de placeres efímeros;
Sólo soy un ser cambiante,
Una escencia caótica de armonía disonante
Que encuentra substancia en la fantástica manía
De beber de tu fatalidad.

jueves, diciembre 11, 2008

El Sacristán Estructuralista o El Viejo Buitre Quiere Pachanguear

Me agradan las cosas áureas e impolutas,
Los sueños bohemios de cristales en el aire...
Estrujo por las tardes esos versos
De poetas cabizbajos fuertemente entre mis brazos.
Lloro de alegría ante la belleza de las frases,
Me conmueven las imágenes de magos de pelaje blanco
Que conjuran microcosmos, reales como chispas.
Pero primero adoro estar despieto...
No soy de pedir deseos a las estrellas fugaces.
Escucho, contemplo, huelo, desgusto, muerdo,
Me revuelco. El fango es mi elemento.
Admiro al viento y le converso
Pero nunca olvido el suelo;
Me nutro de esa sangre de los otros
Que es la mía. ¡Es la mía!
Soy feliz y eso me quema,
Me atormento por plantar semillas de azul cielo.
Seré fusilado por traidor, cambiaré de bando
Y les diré sonriendo
"La revolución se hace bailando".