miércoles, abril 29, 2009

En el cuerpo, siempre en el cuerpo está la cruz.
El brazo se deshace en contorsiones estrafalarias
Desesperando al ver que los dedos fallan. Desatino.
El pecho, un cuerno. El rostro, un misterio.
Mi propio rostro.
Los ojos indecifrables, en silencio pero llameantes.
Sinécdoque de espasmos involuntarios afila un dardo,
Apunta al centro del desengaño:
Veneno de revolucionario en mi copa.
¿Y por qué no dar rienda suelta a mis caprichos?

Alguien me dice que vamos ganando...
-¿¡Ganando qué!?
-No seas idiota, eso no es lo que importa.

Una cascada de emociones sancionables
Y ni una palabra para describirlas.
De nada sirve encomendarme a mis musas,
La una sorda, la otra tuerta y la tercera, rusa.
La una no me escucha, la otra distorciona y la tercera ¿Qué importa?
Es la más bella y astuta y, sin embargo,
Lo mismo vale que fuera muda.
No percibimos más que la noche oscura y, sin embargo,
Sus ojos brillan con luz de luna nueva.
Guían, quién sabe a dónde. No hay un mapa para este territorio
Quizás perdido entre los sueños de un torturado,
Seguro lejos del norte.

Estamos - estoy- nadando en el río de los muertos.
Somos hombre y tres quimeras frente al rugido
de mil espíritus quebrándose.
¿Devendrá el capricho de un dios en
En camino amarillo?
Vagaré - vagaremos- hasta entonces, pero
¿Quién arrullará los llantos?
Quién aplacará los gritos?
¿Dónde han escondido los fusiles?

Somos hombre y tres quimeras contra la noche entera.

sábado, abril 11, 2009

Queridos leectores:
Por situaciones circunstanciales, la compañía se ha visto imposibilitada para publicar nuevas entradas. Tal vez, cuando la crisis mundial del capitalismo se pase de largo y arriben tiempos de bonanza económica digna de los años noventa, flamantes publicaciones puedan ser incluidas. De momento, deberán ser pacientes. Sepan disculpar las dificultades causadas (conocemos el rol fundamental que es este blog juega en vuestras vidas cotidianas).