viernes, noviembre 12, 2010

Me absorbieron la cordura un par de meses de amargura.
Las fronteras del cariño se borraron, asustadas,
Para dejar que lo invada todo el pesimismo.
Flirtreo como siempre con la idea del suicidio
Y me mutilo los sueños con ardor:
"Se acabaron los poemas de amor", sentencio.
Me veo a mí mismo desde lejos, pequeñito,
Justo ahí donde no hay consuelo,
Donde ruega el penitente ser un desamparado,
Porque al menos al desesperar se siente algo...

-¡No está perdido quien pena!

Escucho el repique de una voz en las tinieblas.
Todos los tambores de la selva húmeda
Se armonizan en un trueno de esperanza
Al descubrir mi propia voz, antes desierta,
Ahora envuelta en el ardor de la guerra diaria:
¡Hay que pagar las expensas, che!
¿Qué hago yo gimiendo cuando siempre he sido el que ladra?
Silencio a las campanas de la parca embarrándome las manos.
No me inclinaré cabizbajo todavía,
Aferrado como estoy a dos verdades:
No está perdido quien pena
Y no hay frontera que contenga
al cariño.

jueves, julio 01, 2010

Los Niños Jueces

El aljibe estaba fresco al refugio
De la sombra del ombú, el arbusto.
La sed moría despacio, tan despacio
En la aridez del Monte Salado.
Los Niños Jueces jugaban con su cabrito
Al tiempo en que el Sargento Ahorcado
Patrullaba los llanos con aires de gato.
Los Niños Jueces no han ido a la mina
Y no están trabajando. Sargento Ahorcado
Es un hombre correcto y conoce sus deberes;
Del gusto a sangre y sus placeres, supone,
Se desprenden los verdaderos menesteres.
Su palabra es ley. Su cinto es el verdugo.

El cabrito cae en la tierra roja
Al tronar sobre su cuerpito una bala rauda.
La bala presagia la clara venganza:
Los Niños Jueces se mueven veloces
Y al Sargento tiran al aljibe fresco.
El balde apresa la cabeza del oficial
Y Ahorcado expira entre quejidos inhumanos.

Más triste que no tener un destino
Es saber que al destino lo asegura el poder.
Sufre una madre en su casa de barro,
Los inocentes se manchan de culpa.
Los Niños Jueces cantan bajito en cuarto cerrado,
Mirando traz las rejas el aljibe sombreado.

martes, junio 29, 2010

Este Tipo Está Hablando del Faso

El delito más salvaje, ya no estoy seguro de que sea quedarse quieto.
Peligro, resuena en mis orejas.
¡Cuidado! Se desliza a mis espaldas
Un hombresillo totalitario.
¡Qué absurdos son los hombres
que no se miran al espejo!
Qué pequeños son los sueños
De aquellos maquiavelos disfrazados.
¿Cómo puede ser que tan evidente engaño
Sumerja a tanto perejil paspado
En absurda letanía?
¿Cómo pude creer YO en semejante delirio?
No, ya no levanto banderas.
Ya no me importa qué color tenga el pensamiento,
El más digno sentimiento es el de pasar de moda...
Ojalá caiga en el olvido, si la memoria
Sólo recuerda la guerra y no la Historia.