sábado, diciembre 13, 2008

Quiero beber de tu fatalidad
Pues mi suerte y mi deber son ser feliz
En el instante antes del completo anochecer.
¿Qué importa si las yemas de mis dedos
No dejan huella alguna?
Sé que no soy eterno, ya no le temo al olvido.
Especifico: no estoy enfermo de hedonismo,
No vivo de placeres efímeros;
Sólo soy un ser cambiante,
Una escencia caótica de armonía disonante
Que encuentra substancia en la fantástica manía
De beber de tu fatalidad.