lunes, noviembre 17, 2008

La Noche Antes

Los cristales se imaginan singulares,
Únicos en un mundo de petróleo.
Las alondras, de pecho silvestre,
Vuelan lejos de la guerra.
Equidistantes entre muérdagos funestos y verdes colinas de cemento,
Los amantes.
El elíxir del deseo los libera, en violeta tenue,
De un impúdico amanecer sangrante.
Es tarde, corazones de mimbre,
El día anuncia la tormenta sin el agua.
Se separan, sabiendo que esta vez la sed
Anidará desierto en sus gargantas.
Se separan bajo la voz que pregona
El hundimiento de nuestra ciudad pecado,
Chapoteanto entre el portugués y el castellano;
Se separan a deshora, sin tristeza.
El viento pasa y nutre, los cristales se derriten;
Las plumas empetrolan cautiverio.
La guerra estalla.