jueves, octubre 16, 2008

Autodefinido V

Escribo desde el pecho
Como quien canta un tango,
Tiemblo en cada suspiro
Por los besos que no doy.
No vivo de pan, si no de amores malditos,
De ojos negros y roces sutiles.
Si mi cama está vacía
No es por pura cobardía
O capricho de noches febriles.
Sí, duermo en cama de una sola plaza,
Pero se debe a mi avidez
De jovenzuelo rapaz e impaciente
Que quiere beberse la botella entera
De un trago largo e ininterrumpido.
Impertinente, me desplomo
Como soldadito al fuego
Por la bailarina de juguete,
Doy la dentellada antes de tener los dientes.
Mi desgracia es apostarlo todo,
Siempre al diecisiete,
Quedando desnudo en una única tirada.
Quién sabe si aprenderé a tolerar
La espera con paciencia...
Entre tanto, seguiré despierto
En cada sueño revuelto
Y me echaré a reir, sonámbulo,
De todo aquel que tenga miedo a pecar un rato.