miércoles, febrero 13, 2008

Declaro

Devuelto, como por maleficio
Al concreto.

Resuelto, todavía sin decirlo
Y sólo por momentos,
A dejar de lado el cinismo.

Te cuento:
Lo eterno es un suspiro
Y la ternura un tormento.

¿Y el felices para siempre?
¿Te preocupa?
Te entiendo...

No somos de piedra
Pero estamos atados al suelo.
No somos de fuego
Pero la sangre nos hierve,
Me hierve.

Otra vez la misma estaca:
¿Y el felices para siempre?
Lo eterno es un suspiro.
¿Y el miedo a la muerte?
El tormento y la ternura
En el mismo punto.

*

A modo de final:
Creemos, de a ratitos, que el tiempo no importa.
Mi vida, la vida no puede medirse en horas.